Cuenta la leyenda que en el capricho de la naturaleza ganó el hombre intensas batallas al mar.
La inconsciente creación de un remanso cercano a la orilla transitado por bancos de atunes inspiró la estrategia pesquera de la Almadrava; un entramado de redes que encerraban el paso del pescado conduciendo su trayecto a aguas poco profundas donde moría después de una lucha estéril, en el encuentro con brazos fuertes. ágiles y certeros.
La playa de la Almadrava es actualmente el recuerdo perenne de aquellas batallas, la plácida presencia que se llevó a lo más profundo el amargo sabor de la derrota para darse nuevamente a sus gentes.